!!! La niña-pez de La faunita, Florencia Edwards, ha caído en la maravillosa ordinariez de publicar primero en Francia que en Colina. Su casi-libro Historias de terror para niños ha sido traducido al francés y publicado por LC Éditions bajo el título de Hitler in love. Ya está en las librerías más tétricas de Paris y aquí pueden saber más del asunto.
29.8.12
Florencia, Maori, Andrés: Las cien mil cabezas de LA FAUNITA vienen volando
!!! La niña-pez de La faunita, Florencia Edwards, ha caído en la maravillosa ordinariez de publicar primero en Francia que en Colina. Su casi-libro Historias de terror para niños ha sido traducido al francés y publicado por LC Éditions bajo el título de Hitler in love. Ya está en las librerías más tétricas de Paris y aquí pueden saber más del asunto.
16.9.10
La faunita se suicida para resucitar bailando cumbia: ¡NUEVO CASILIBRO!
Cofundador del disuelto movimiento Método Sucedáneo y de la también disuelta -ya mítica- revista Cloacas (nº1, nov. 2005; nº2, abr. 2006), integrante de la banda Los Pianopunks, Maori Pérez (1986) ha publicado Mutación y registro (Ciertopez, 2007), Diagonales (Cuarto propio, 2009), Lanzamiento (Cizarra Cartonera, 2010), entre otros. Cronoguerrillas es su primer casilibro no publicado, sino impreso por La faunita, manada de la que, por supuestísimo, es miembro desde el día de su gestación.
Consigue Cronoguerrillas, como siempre, mediante treat or trueque, en las peores jugueterías del país o contactando 1) al artesano (la página personal de Maori está aquí) o 2) a La faunita (su facebook acá).
10.8.10
Presentación de "parto" de Agustín Hidalgo en México DF
Sobre parto de Agustín Hidalgo
por Yaxkin Melchy
parto de Agustín Hidalgo es una inmersión submarina al abismo placentero de un libro o cordón libidinal latinoamericano. Un libro tramado como un texto textil que urdre puertas, catedrales y ladrillos de adobe. Porque detrás y en varios de sus puntos cardinales parto contiene un mundo andino que engrana cartografía dolorosa pero renovada. Leyendo el texto de Agustín, voy, partiéndome la madre en lo que creo es el parto de una obra.
Voy a mencionar en mi lectura una lista de palabras que valen oro en los poemas del libro:
Palabra 1.
Quispe: primeramente Delfín Quispe en Youtube, pero aquello me lleva al significado quechua: brillante, transparente, cristal y luz de luces
Quispe es luz, brillo y esplendor.
Pero en realidad, es luz de luces, más referida a la inteligencia, a la nobleza del espíritu y a la sabiduría. Es decir, es la concentración del prisma: "munay", corazón; "yachay", razón; y "llancay", trabajo. Todo ello producto del esfuerzo compartido, del sacrificio de lo individual en bien de lo colectivo, con lo cual alcanzó a construirse un imperio de fábula como fue el Tahuantinsuyo.
fuente: http://www.misapellidos.com
Palabra 2.
Verija: región del pubis femenino
fuente: Wikcionario
Y me parece hermoso o divertido trazar un itinerario Internet para este libro que parece escrito por un terremoto de apellido Hidalgo versus una neo-colonia a tres mil metros de altura en donde está ubicada La Moneda. Del mito andino brotan en el poema los hombres debajo de la cama, monstruosamente, tullidamente, dualmente, primero del animalismo masculino:
Los niños eran sordos
y hambrientos
como los soldados chilenos
en una trinchera
sordos por las bombas
de una patria
sin costillas
Los niños
con armas
de hueso en las manos
se sacaron
desde el fondo del pecho
a las niñas con vestidos blancos
y en contraparte lo femenino que aparece como clon, como imagen maniquí, como una robot dibujada en la piedra
La madre se
multiplica en sus hijas,
Las niñas eran un
geoglifo indescifrable en la ladera del salar
de pintados, un montón de caminantes en
medio del
D E S I E R T O
Entre ambos, tal y como en el mito andino, existe incesto, pero también esterilidad de la descendencia, desiertos salados de una generación aséptica en medio de la tierra y de la historia blanqueada. parto busca regresarnos a la geografía y a la historia corporal más burda y triste en el Museo Nacional de las Partes del Cuerpo
nosotros como un grupo de amigos
esos que nacieron por negligencia médica
esos niños chilenos llenos de trapos en el tuétano
los que empiezan a beber alcohol porque se les acabó la infancia
Tal como en otros poetas está presente la tiranía de la neopatria: colonia del colonizaje mental, son las neopatrias latinoamericanas. Y así el poema va pasando de un eco zuritiano, explicitado por el autor, a una poética que comienza a tomar forma como una especie de futuro a lo Diego Maquieira, a lo Bolaño, a lo Cementerio General, en la neopatria que Hidalgo transforma en nopatria hay que colocar palabras como: supermodelos rubias, pornografía y maremotos
soñábamos utopía y despertamos gritando:
en una isla
azotada por los maremotos
la escena final
es la niña cantando “We are the champions”
Hasta aquí el homenaje al Manifiesto Infrarrealista de Bolaño. Porque si hay otro valor en los poemas es que parto es participación
Palabra 3.
Huelén:
El Cerro Santa Lucía es un cerro ubicado en el corazón de Santiago de Chile. A pesar que los pueblos aborígenes lo llamaban Huelén, que en mapudungún significa "dolor, melancolía o tristeza", su nombre actual proviene del día en que Pedro de Valdivia se apoderó del cerro, el 13 de diciembre de 1540, día que recuerda a Santa Lucía de Siracusa
fuente: Wikipedia
Y como si se tratara de un recorrido ping pong por la historia vamos de la Tierra del Fuego, escenario de los antepasados selk'nam, a Santiago de Chile como escenario de un presente museístico, una historia domesticada, escritura cicatriz por fuerza
en el faro austral
parado como un pene rojo y blanco en medio del Cabo de Hornos
Y no miento
no era una bataclana
sino que era todas las bataclanas
en el barrio rojo del cerro Huelén
y sus clientes eran todos los descubridores
o los personajes de los libros de paleontología
en la falda del cerro Huelén
los Diegos de Almagro o los Franciscos Pizarro
eran los amantes
los Quetzalcoatles que bajaban de las Alturas (…)
En realidad no sé lo que era
un ángel hablando un dialecto extraño
que sólo lo escuchan los perros
Al final del túnel poético, brilla una violencia producto del frenesí y de la excitación, en la neopatria no hay amor. La no patria nace de la volición volcánica, africana, somalí, perruna, vámonos perros. La poética de Agustín en parto pasa por una animalidad y analidad del texto: tosco, brusco, asco, escarificación.
Palabra 4.
a) La escarificación es hacer incisiones superficiales en la piel humana como una de las más populares y ancestrales técnicas usadas por el hombre.
b) La escarificación de las semillas es una técnica que tiene por finalidad abrir o debilitar la cutícula o estructura externa de las semillas para que la radícula pueda abrirse paso entre ella y se pueda producir la germinación
fuente: http://www.botanical-online.com/escarificacion.htm
Así que después de todo me queda la sensación de que lo que nazca a partir de ahora en la escritura de Agustín evidenciará mayormente que no existen los binarios históricos latinoamericanos como los del Canto General sino que entramos a una escritura poética más áspera y rugosa, un Latín América recreativo, participativo, lúdico. Y una Latin America aludida y profetizada por la raza treviana del futuro, como diría la satánica Gloria Trevi al respecto de la historial nacional:
en la escuela me enseñaron
puras
Madres...
que la Madre da la
vida en el parto...
que da la vida en el
parto la Madre...
Y éste sería un epígrafe oculto de este poema satánico llamado parto, escrito por Agustín Hidalgo y presentado en México hoy día a un año y medio del 2012.
19.7.10
La faunita invade México D.F.
Diversas lecturas se han desarrollado en el Festival Subterráneo 2010. La histérica voz de los faunitos se ha dejado oír en Pulquería Las Licuadoras, Plaza de Tlatelolco y Multiforo Alicia, espacio este último donde alguna vez leyeron los infrarrealistas. En la foto, Agustín Hidalgo encolerizado en Plaza de Tlatelolco.
Pronto más noticias sobre cómo reptan los cuasilibritos de la fauna tanto en Santiago como México DF. La fraternidad es un hecho, la froternidad un chingón.
¡Que vivan las guacaritas!
6.7.10
¡Nuevo casi-libro de La faunita!
¡Microscópicos Ángeles Custodios del Dolor nos mordisquean las arterias hacia dentro del Mondongo! La faunita de partera canta porque su placenta fétida se esparce nuevamente por los adoquines de Santiago: Animales flotantes lleva por título el casi-libro de Ignacio Elizalde y su hiperplasia tiene nuestros acromegálicos dispuestos a un bukkake interminable. Bichos, miríada de globos oculares, mosaico de arabescos capilares, las 58 páginas de mimbre y oro ya despliegan un nuevo y fascinante hilo radial en los contornos de nuestra telaraña. Su adquisición, se sabe: TREAT OR TRUEQUE y siempre en las jugueterías más desoladoras del país.
Pronto más noticias sobre migraciones, esguinces e intoxicaciones de los animales más flotantes de la fauna.
Ignacio Elizalde (Santiago, 1986). Ganó el Concurso de Cuento Breve de la Biblioteca de Santiago (2008) y fue becario de la Fundación Neruda (2009). Animales flotantes es su primer casi-libro.
27.4.10
La faunita en Revista Lapsus !!!
¡Suda, América, suda!
Giancarlo Huapaya, limeño hermano la fauna, ha seleccionado algunos extractos de la Galería de Mártires Empalados, que durante febrero el enjambre repartió por las Bolivias Estelares, y en su polisexualizada labia presenta a la manada :
"La Faunita reivindica la vida en comunidad y plantea el concepto del casi-libro para circular como esos números decimales: nunca acabados, siempre incompleto; el casi-libro en permanente e indefinible proceso escritural que sólo se podrá conseguir mediante obsequio o trueque. La Galería de los Mártires Empalados es su primer casi-libro, de casi-200-páginas, que acaban de repartir por casi todo Bolivia en su reciente segunda aventura (la primera fue Lima)."
El horror, entonces:
¡EL HORROR A UN SOLO CLICK!
12.4.10
Segundo libro decimal de La faunita
Como pirañas de oro a los testículos de dios aferradas, estamos felices: a fines de marzo, La faunita dio a luz su segundo libro decimal (0,02). Se trata de parto, con el que Agustín Hidalgo J. se adentra en el vórtice del Torbellino de los Anos Parlantes.
Pronto: más noticias sobre dónde, cuándo y cómo se presentará no sólo parto, sino tres, cuatro o cinco decimales de nuestra manada.
Como siempre, parto circula en el frote y refrote del mano en mano y no es posible comprarlo: recuerden: treat or trueque!
Beso de múltiples medusas
y chaos
Agustín Hidalgo (Santiago, 1986)
Es guitarrista de la banda Catalina Creel. Recibió la Primera Mención en el Concurso de Creación Literaria Joven Roberto Bolaño, categoría Poesía (2007). Ha escrito los libros de poesía parto (La faunita, 2010) y minusválido. Prepara además su novela audioviusal ¡Suda, América!
12.3.10
Ensayo sobre Pandillas 2473
Auf Wiedersehen!
25.2.10
La faunita en diario La Prensa de La Paz
La faunita está de fiesta:
¡chorros de orina y oro caen desde el cielo boliviano!
La fantasmal aparición, como el cegador holograma de dragones bolivianos, coronó (mitra de trapos y colmillos) el viaje que cinco miembros del enjambre realizaron por toda Bolivia. Agustín Hidalgo, Ignacio Elizalde, Andrés González, Camilo Herrera y Felipe Becerra se dejaron caer (y cayeron) sobre las altísimas tierras de La Paz, Copacabana, Isla del Sol, Oruro y Cochabamba.
Durante el viaje se repartieron a la chuña varios ejemplares de Galería de los mártires empalados, primera muestra colectiva de La faunita. Por su delirante hospitalidad (más de tagadá enloquecido que de hospital o de posada) a Milenka Torrico y Aldo Medinaceli la manada debe una fotografía a todo color en donde el grupo entero se aprecie desprovisto de ropaje alguno a excepción de sendas máscaras de diablo de Carnaval de Oruro y rodeado de Dorados Jabalíes o, en su defecto, sobre enormes llamas o alpacas igualmente pilucho y con iguales máscaras montado: sobre la altiplánica manada, otra, mas lampiña amén de enmascarada.
Del amor y el deseo escurridos como una orina rutilante por el cielo negro de Bolivia, de su aromático derroche intenso (Av. Aroma con ca. Agustín López), como helechos de neón o rayos láser, ha brotado más de un par de "ideitas locas" (M. Torrico dixit). Entre ellas: la impresión siempre impresionante de una muestra de jóvenes poetas y dragones bolivianos por la impresora de La femme faunita.
A su regreso, los faunos manifiestan el deseo de volver al viaje y seguir besándose en los búnkeres más oscuros y quemantes de la belleza boliviana.
La red está tejida: ¡que los niños con arañas se enmarañen!
27.1.10
Galería de los Mártires Empalados
Dentro del libro, el escuadrón se desordena en la suerte que sigue: Camilo Herrera Miedo (Lican Ray, 1986), Agustín Hidalgo (Santiago, 1986), Andrés González (Puerto Varas, 1986), Ignacio Elizalde (Santiago, 1986), Felipe Becerra Calderón (Valdivia, 1985), Florencia Edwards (Santiago, 1987), Maori Pérez (Santiago, 1986), Nicolás Said (Puerto Varas, 1986).
Pronto el libro estará disponible en las peores jugueterías del país.
Atte.
La faunita
13.1.10
Niña-pez de La faunita gana premio literario
El libro aparecerá, esperemos, en marzo de este año. Más información y algunos poemas de Ya no van a haber más robots: Historias de Motel, aquí.
¡Abrazos de leones chinos y dragones aztecas!
11.1.10
El big bang de la faunita
El big bang de La faunita fue la intervención del día 21 de septiembre de 2009: Siempre en llamas. En ella participaron Maori Pérez, Agustín Hidalgo, Ignacio Elizalde y Felipe Becerra. Más información, aquí. Uno de los poemas leídos en la intervención fue publicado en Revista Trifulca, Nº6, México D.F.: dic. 2009.
Epílogo a Pandillas 2473
Pensé un arcabuz, una pistola láser.
Las benditas P. como un “etc.”([1])
por Marcos Arcaya Pizarro
Cuando la intención muere, algo otro puede hablar en la lengua, y ese algo otro es la verdad de la lengua -la lengua de la verdad-, es decir, la lengua misma, la lengua pura, su pura manifestación.
Elizabeth Collingwood-Selby
Hace tiempo conocí una versión preliminar de Las Pandillas 2473. Escribí mi propio “etc.” como parte de un conjunto bajo el nombre de 5cHILE, cruzando estas pandillas, cruzado por ellas, una de las razones para la invitación de Felipe a escribir este bucle en tono de epílogo, supongo… y pienso ahora también un arcabuz, una pistola láser, una fotocopia de sentido.
“¿Por qué no simplemente evitamos ver
el cuerpo del pájaro muerto?”
Sergio Rojas, en ocasión del congreso
En Las Pandillas 2473 no se cree en el pájaro nombrado, sin embargo se nombra, no es posible otra cosa sino nombrarlo, verlo en ese nombrar, tocarlo casi, en función de una verdad que parece existir dentro/tras del ave, que es aquí “un amuleto, un caracol que al ponerse junto al oído cantaba nuestras historias personales-colectivas”. En el escepticismo, en los “detritos”, subyace entonces la fe, sólo así “comenzamos a escuchar todo lo que el caracol tenía que decirnos” [destaco en cursiva], que no es posible escuchar-leer-presentir sino apenas en un atisbo de esa totalidad, en la pura manifestación de la lengua, “sensación ardiente de
En este segundo acercamiento a las benditas P. expongo dos interrogantes que se cruzan, a saber, ¿cómo encorsetar un tejido como Las Pandillas 2473? ¿Para qué? Entonces, pese a todo, apunto: desde esta disyuntiva, desde el escepticismo, parece articularse el texto (la maraña) de L.P., poniendo en escena un lenguaje (des)armado a partir de lo excedente e impuro, una traducción, diríase, pero sin intención de comunicar, colindante a la abolición del mundo “entre las olas de un mar contaminado en el que flotan desperdicios de todo tipo”, ya desde la “basura solar”, “el parto de puñales” de la cita que abre el texto.
En otra parte destaqué este (no)lugar de enunciación en la escritura de Becerra en relación a Bagual, primera novela publicada del autor. Es en el escepticismo de estas pandillas donde resuena el seductor “etc.” referido por Cristián Huneeus en El Rincón de los Niños:
por su maravillosa capacidad de extender la serie de servicios hasta el infinito, llegando incluso, mediante deslices graduales de significado, a terminar con una modificación completa de la especie que enumera (p.28).
Los deslices graduales están, en parte, en los nombres que disipan la unidad de las voces, que disipan la coherencia de sus identidades, es cierto, las pandillas son (y no) también los niños holograma y son (y no) también el cóndor, el Antropólogo,
“Desplazamientos como dentro de un acuario”, “libaciones celebradas con sabor a laberinto”, donde las pandillas se tocan, se confunden, historias pequeñas que se escriben desde y sobre el cuerpo carne-escritura, historias pequeñas mudadas, Historia con mayúscula, pero particular y secreta todavía, desde y sobre
sus propios rostros/ sus cuerpos/ deformados a golpes/ cubiertos de sangre/ y de miedo/ pero hermosos/ perfectos/ como cuerpos/ o esculturas/ de animales imposibles.
El “etc.” de la ciudad será el escenario primero: bajo el puente, a orillas del río, en un mall sin lugar para los monumentos, etc. A la par del “etc.” de la razón: en la locura, en el sinsentido, en los sueños, las visiones, etc. A la par del “etc.” del lenguaje: en las bromas/brumas, en los garabatos, en las cifras como “
L.P. es todo un “etc.”, subrayo ahora, un resto que provoca, un intento de disolución, un margen que genera otras proposiciones de lectura, huecos por llenar en el cheek to cheek significante, en el confundir, en el confundirse. El “etc.” es el margen trocado en centro en éstas Las Pandillas; lo que se nombra mundo es ahora un “etc.” de las benditas P.
“¿Por qué no simplemente evitamos ver el cuerpo del pájaro muerto?” La pregunta es la presencia constante de lo ausente. La mentada pregunta retorna cada vez; nada resuelve. El “etc.” es la puerta abierta (salvaje) de “
[1]Llamo indistintamente al texto de Becerra las benditas P., L.P. y, cómo no, Las Pandillas 2473. Hago referencia directa y oblicua, además, en este circuito, principalmente, a “Literatura y escepticismo” de Pablo Oyarzún, “La cita” de Elizabeth Collingwood-Selby, "Representar la intensidad de lo Real: en torno a la imagen neobarroca" de Sergio Rojas, "Soledad Fariña: Hacia una poética del deseo" de Raquel Olea, “Firma, acontecimiento y contexto” de Jacques Derrida y a fragmentos de conversaciones sostenidas con Sebastián Herrera en relación a Las Pandillas 2473.
La faunita
La plaga: no como una ola que sumerge a la roca, sino como el agua que se infiltra y enmohece las habitaciones. Bichos invisibles, animales microscópicos, vibrante crepitar de ácaros: el enjambre sin abejas se esparce como puro áspero zumbido.
Cada vez indefinible, mutante acelerada, La faunita irrumpe en la lisura del silencio –La llanura de los 0’s- con la urdiembre de una escritura que rehúye tanto la Unidad de Libro como el pozo de los mudos –que no el de mutilados. Queda así empotrada en esa grieta:
¡hábitat del musgo, oh, moroso moho luminoso!
.
No se adquiere con el oro: poroso su tejido, el intercambio será de cambalache, amén de obsequio. Que no el de mutilados: poroso su tejido, sí, siempre mocho su contorno.
Al principio –pero no hay principio: Pandillas 2473 (en las peores jugueterías del país) ya fue impreso por La faunita impresionante.
Por último –pero no hay principio: algunos animales presienten terremotos y tsunamis a través de ondas magnéticas imperceptibles al humano. Momentos antes del terremoto de 1985 una manada de potrillos cruzó por el centro de Santiago corriendo despavorida.
Hoy el aire se ioniza (desenlace mocho).